
El pasado puede doler, ¿pero qué haces para seguir adelante?
El pasado puede doler. Sí. Pero ¿qué haces cuando te caes? Ya sabes la respuesta: te levantas y sigues tu camino. Obviamente hay caídas muy distintas y unos golpes son más fuertes que otros, pero sobre todo la gran diferencia está en nuestra reacción y nuestra respuesta ante esa caída.
Ante las caídas o tropezones físicos, algunos se preguntan cómo ha sucedido. Otros, preocupados por el que dirán, miran a todos los lados para ver quién les ha visto y, con su frágil dignidad herida, procuran disimular como si nada hubiese pasado. También están los que se ríen de sí mismos. La circunstancia es la misma, la reacción es diferente.
Ante los tropezones y caídas de la vida sucede exactamente lo mismo: nadie se libra de esas situaciones en las que de pronto todo sale mal, nada funciona, las expectativas no se cumplen y los planes se tuercen. De pronto, nos vemos sumergidos en un profundo pozo, en el que la confianza se ahoga y la esperanza busca la luz para volver a creer.
Repito: el pasado puede doler y tarde o temprano todo pasamos por ahí. Pero en los momentos en los que la vida nos pone a prueba, la gran diferencia siempre está en cómo reaccionamos ante esa situación. Podemos filosofar, alargar y dramatizar esto un montón, pero tan solo hay dos opciones, dos tipos de respuestas. El patrón que marca la diferencia está en la calidad de las preguntas que nos hacemos en ese momento y en la historia que nos contamos.
1. Dos tipos de reacciones ante lo que nos haya podido pasar
a) Me convierto en víctima: ¿Por qué siempre me pasa a mí? No es justo, algo o alguien tiene la culpa, ¿qué he hecho para merecerme esto? Esto se transforma en resignación, culpa y victimismo, lo cual magnifica el problema. La consecuencia de este tipo de reacción es el equivalente a caer en un gran agujero y, en vez de salir, seguir cavando para hundirte cada vez más.
2- Acepto y asumo la responsabilidad: En la vida la manera más rápida de cambiar una situación es aceptarla y asumir la responsabilidad, porque si no lo hacemos nos convertimos en víctimas en vez de recuperar nuestro poder personal.
¿En qué lado estás y cuál quieres estar?
Lo que ya ha ocurrido jamás se podrá cambiar. Pero siempre se puede cambiar su significado, siempre se puede aprender, siempre se puede reducir y eliminar el sufrimiento y siempre se puede aprender de ello. Extraer lecciones de vida y, con ello, ser mejor.
Esa es la manera de convertir las derrotas en victorias de la vida. Te recomiendo mi artículo de Mahatma Gandhi, un hombre que reflexionó mucho al respecto.
¿Tú que has aprendido del pasado y de los momentos más duros de tu vida? Déjame tu historia en comentarios. ¡Te leo!
Rocío
Posted at 12:14h, 22 mayoHola Javier,
Me encanta leerte. Actualmente trabajo contigo en el curso „desarrollo personal „ y este tema es eCierto! De todas las experiencias vividas, buenas, malas y peores, todo ha sumado en mi desarrollo. Todos tenemos la eleccion, o hacemos del limón una limonada o seguimos saboreando su acidez de por vida. No al drama, a las quejas y al victimismo. Se que es muy fácil de decir, porque también he hecho como tantas personas la experiencia de sentirme víctima y fue horrible. Por eso entendí, que la vida es la suma de todas las experiencias buenas y malas que hagas, y con ellas comienza tu camino y dependiendo del rumbo que tú le des, esa trayectoria y esencia vivirás dentro de tu mundo. Nosotros elegimos! Gracias y un saludo ??
Nicolás
Posted at 10:06h, 10 junioHola Javier:
Me considero un superviviente. Hace meses perdí a toda mi familia. Me quedé solo, completamente solo. Solo para gestionar mil asuntos, desbordado, destrozado. Meses antes cuidé de mi madre gravemente enferma también en soledad. La vida me ha puesto a prueba y hoy, después de sentirme perdido y hundido, sigo luchando y parece que veo la luz al final del túnel.
Gracias por tu ejemplo, he leído contigo y también asistí a un encuentro en Madrid hace unos años.
Un fuerte abrazo.
Marga
Posted at 21:25h, 14 febreroHola, Javier, encantada de seguirte, aunque a veces, se me pasa comentar, pues el tema de hoy, muy interesante, creo que hay caidas y personas, pues una misma caida puede ser tomada de forma muy diferente y entonces se ve la pasta de la que estamos hechos, unos la superan como un ligero traspiés y otros hacen un drama mundial, como lo de ahogarse en un vaso de agua….Asi puede haber gente fuerte que puede superar muchos golpes, que a otros dejarían noqueados enseguida…Sin embargo, todo tiene un líimite, pues creo que al final todo pasa factura, y aunque tarde y aunque superados los golpes, puedo entender que se mande todo a freír espárragos, casos de grandes genios pintores, escritores, y llegar a la perderse la línea entre genio y locura, y al final quitarse la vida, como Vicen van Goh , no se si se escribe así…y Virginia Wolf,,,por ejemplo…Bueno igual estoy un poco pesimista, siempre eres una inspiración, Javier, gracias, un abrazo.
Loreto
Posted at 10:17h, 13 febreroHola Javier!!
Un placer leerte, algún día te conoceré en persona.
Qué, qué hago al caerme? Dios!! Me he caído tantas veces, que me duele siempre al levantarme, pero lo hago, y siempre aprendiendo, es cierto y sobre todo de los fracasos. Me parece que debía medir hace años 1,68 cm de altura… Creo que ahora, actualmente mido más de 2m… De tanto que he caído, de tanto que he crecido con las caídas.. Vamos dentro de nada me van a contratar para jugar al baloncesto.
En fin Javier con esto me parece que te he contestado de forma graciosa, en que lado me encuentro. No podemos rendirnos, aunque duela hay que seguir.
Un abrazo
Loreto