Con el tiempo, todos aprendemos que las grandes lecciones no son las de la universidad, sino las de la propia vida. Por distintas circunstancias, mi historia está repleta de cambios, algunos radicales, con triunfos, fracasos, éxitos y varias reinvenciones.
Algunas de esas experiencias dejan huella, otras cicatrices, pero todas me han dejado impagables lecciones, un mayor nivel de comprensión sobre la psicología del ser humano, grandes lecciones sobre la fortaleza mental, la responsabilidad personal y la superación. Todas me han enseñado a ser más fuerte, pero también mucho más humano.
Con el tiempo nos damos cuenta que la vida no es lo que nos pasa, sino qué hacemos con lo que nos pasa, cómo interpretamos lo que sucede, para dar el significado correcto y aprender a transformar las derrotas en lecciones de aprendizaje y superación.
Doy gracias por esas experiencias de vida, algunas extremas, ya que me han convertido en lo que soy. Es lo que me ha servido de inspiración para mis libros, mis conferencias, asesorías, y que junto con la inquietud de seguir formándome y aprendiendo, es lo que me ha permitido ayudar a otros y tener el privilegio de poder ser una influencia positiva en la vida de miles de personas.
Ojalá que de alguna forma, pueda ser una influencia positiva en tu vida.